La precarización del sector cultural: los freetours y la desprofesionalización

21.07.2024

Sandra Arnandis - Historiadora del arte


No podemos continuar soportando esta infravaloración continua por parte de la sociedad que nos denigra como profesionales - Sandra Arnandis en La Columna

Que la precariedad del sector cultural es un hecho lo sabemos todos. Los profesionales que nos dedicamos a la cultura estamos sumamente infravalorados, no importa la cantidad de experiencia, másteres o cursos que tengamos acumulados en nuestro currículum, siempre tendremos que lidiar con contratos inestables que no nos permiten vivir -y ya no digamos hacerlo dignamente- de nuestra vocación. Además, a la prácticamente nula valoración de los profesionales de la cultura se le suma la constante e institucionalizada intrusión laboral: economistas, técnicos en turismo, biólogos o cualquier otra titulación distinta, niegan el acceso a historiadores, historiadores del arte, arqueólogos o museólogos, entre otros, a puestos de trabajo relacionados con este campo.

Esto se hace evidente de muchas formas: guías turísticos sin conocimiento de historia del arte que andan tranquilamente por las calles; biólogos a cargo de excavaciones arqueológicas; traductores, monitores o educadores realizando tareas de mediación cultural; y otros que crean discursos históricos sin basarse en el método científico.

La punta de este iceberg la marcan los famosos freetours, una visita guiada por una ciudad en la que el guía obtiene la remuneración que cada persona del grupo considere pagar en función de su satisfacción. Los freetours salieron como alternativa a las visitas guiadas que eran más caras. Como cualquier persona podía adherirse a una plataforma donde los usuarios se registraban como ofertantes de este tipo de visitas, el incremento de guías por las ciudades fue escandalosamente rápido.

Esto ha provocado, como es lógico, que muchas personas hayan querido "dedicarse" a los freetours para sacarse un dinero extra. En consecuencia, el turista se acostumbra a pagar un precio muy reducido por un servicio, por lo que los expertos, que saben lo que valen su tiempo y conocimientos, se ven expuestos a la negativa rotunda por parte de los clientes de pagar por tal prestación. Como esta práctica no está legislada, sino que desde las instituciones de gobierno se ha desprotegido a los historiadores del arte y, en algunos casos han llegado a ser denunciados por ejercer su profesión, cada día son más las personas que optan por un freetour para abaratar los costes de sus viajes.

Resultaría curioso que, ante toda esta situación, alguno de los profesionales de la cultura optase por fundar una empresa dedicada a los freetours. Pues bien, esas empresas existen. No hace mucho, en LinkedIn se informaba sobre lo que anunciaban como una "oferta de trabajo como guía de freetours". Se buscaban historiadores e historiadores del arte, la misma profesión de la persona que lo publicó y que constaba como CEO-founder de dicha empresa. Esto es vergonzoso. Si nuestro trabajo ya está suficientemente infravalorado, solo falta que entre nosotros mismos nos hundamos aún más.

Tenemos que unirnos y luchar por conseguir unas condiciones dignas para nuestra profesión, sea cual sea el campo al que nos dediquemos: mediación, guías, gestión, arqueología, etc. No podemos continuar soportando esta infravaloración continua por parte de la sociedad que nos denigra como profesionales y nos castiga a tener que aceptar contratos indignos y aguantar amenazas que hacen peligrar los pocos puestos de trabajo que podemos conseguir.


Este es un artículo de La Columna, tu sección sobre crítica profesional al sector cultural.