Sofía López Munera presenta Amanece sobre Gris, un poemario escrito en verso libre cuyo sentido empieza en la portada.
Sofía López Munera presenta Amanece sobre Gris, un poemario escrito en verso libre cuyo sentido empieza en la portada.
Comenzando con una breve descripción, la autora nos brinda un comentario personal acerca de su propia obra, además de tres poemas entre su colección.
LA DESCRIPCIÓN
El cuerpo del libro se divide en dos partes: la primera parte se titula La sombra de la puerta, referente a poemas que evocan el pasado, momentos de oscuridad, de espejismos, fosfenos y fuegos fatuos, juegos de equilibrio, sentimientos a flor de piel y un intento de traducir emociones que embotan los sentidos, donde el ser se pierde en la necesidad de encontrarse. Estos fueron escritos desde bachillerato hasta octubre del año pasado.
En esta primera parte se puede observar una voz poética en potencia de encontrar una voz que se va consolidando cada vez más propia hasta sentir la comodidad que supone hallar las palabras que a uno le parezcan las más adecuadas a la hora de traducir un prisma de realidad particular.
La segunda parte del libro se titula Tras-pasar la puerta, siendo en sí misma un portal que atraviesa la sombras que intensifican y anteceden los paisajes que se descubren al cruzar la puerta y al dejarla atrás. Este mismo juego de sentido, que encontramos en las palabras del título, anticipa que la segunda parte es más experimental, siendo todos los poemas creados durante la cuarentena. Una vez que se encuentra la voz, se pasa a experimentar con ella.
Esta segunda parte podría dividirse, a su vez, en dos partes: la primera hace alusión a recrear las sensaciones vividas durante la cuarentena, que cuenta con un gran carácter crítico y conceptual; no solo para con la sociedad y la realidad del momento, sino también para con la afrontación del individuo respecto a sí mismo. La segunda parte pasa a estar conducida por los cuatro elementos naturales que conforman el paisaje que puede observarse en la portada, haciendo uso de palabras que son de fuego, palabras que son de aire, palabras que son de agua y, por último, palabras que son de tierra.
En definitiva, se trata de un viaje que el lector emprende a partir de una puerta, desde las sombras, hasta llegar a un juego de luces que descubren los paisajes que evocan el mundo interior, no solo de Sofía, sino de cualquiera que haya experimentado las convulsiones de la vida y sus consecuencias en mayor o menor medida.
EL SENTIDO
El sentido de escribir Amanece sobre Gris:
Llevo escribiendo poesía desde tercero de la ESO pero sólo por y para mí como vehículo de expresión de todo cuanto pensaba y sentía. Poco a poco, fui compartiendo con la gente más cercana a mí algunos poemas, hasta que decidí recopilarlos todos y hacer un poemario. Este proyecto no lo hice hasta marzo de este año tan convulso, gracias a mis amigos y familia que me impulsaron a hacerlo de una vez por todas.
Al principio se me complicaron las cosas -puesto que yo todos mis poemas antiguos los tenía escritos en distintas libretas que se habían quedado en Granada mientras estaba en Linares (Jaén)- pero conseguí recoger y reestructurar algunos a partir de conversaciones que tenía archivadas hasta tener la primera parte hecha. La segunda parte fue para mí, la más significativa, puesto que hacía mucho que no escribía porque estaba experimentando una crisis conmigo misma y logré desbloquearme para reencontrarme conmigo misma desde la aceptación, la superación, comprensión y, sobre todo, desde el amor propio.
Mis grandes inspiraciones literarias han sido sobre todo poetas hispanoamericanos como Oliverio Girondo, Octavio Paz, Alejandra Pizarnik y Cortázar; poetas malditos como Baudelaire, Rimbaud y Verlaine; y españoles como Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Lorca, Benjamín Prado, Ángeles Mora, Ernestina de Champourcín y Marçal Font Espí, entre otros.
Me gusta conjugar, a la hora de escribir, distintas artes como la música, pintura, danza con la magia que brinda la cotidianeidad y su sencillez. Y la naturaleza, para mí, es la base que se puede encontrar en absolutamente todos los poemas, la esencia de mi poesía de la que no podría prescindir.
Sofía López Munera
LA OBRA
"Cristales rotos"
Sólo yo y un espejo,
sólo nosotros,
en mitad de ningún sitio, en mis recodos internos, se asientan los posos de la soledad y
me pesan.
Me hundo en mí mismo y dejo de sentirme para transmutar en humo entretejido entre el tiempo
y hallo unos labios que acarician el frío de mi reflejo
sobre aquel viejo espejo,
que es mi yo de los cuatro años.
Le deseo. Quiero atravesarlo.
Atravesarme para encontrarme de vuelta del portal del otro universo, para fusionarme y consumarnos en cenizas, en sangre que brota del fuego de mi sexo, impactando con la vertiente acristalada del golpe Fuerte, Fuerte, suave, suave, lento...
Fuerte.
Deshaciendo la piel en heridas y supuraciones de inocencia contaminada del narciso del espejo, que deshoja primaveras a través de soliloquios y conspiraciones con la ausencia, la autoestima, la rabia, el deseo de romper los cristales afilados del alma y la esencia,
de desorbitar el reflejo y el olvido de esos ojos
que acabaron por arrancarse de narciso y sus despojos,
con los cristales rotos del espejo.
"Eco"
Cuesta encontrarse cuando sólo andabas distraído en todo aquello que te
despersonalizaba.
Se para el ruido y te asustas de tu voz.
No recuerdas que tu soledad ocupaba tanto espacio.
No sabes muy bien lo que quieres hasta que focalizas tu atención en unas cuantas fotos
y de repente parece que te acuerdas.
Te ahogas en tu propio silencio y solo, quieres olvidarte
de que eres un eco donde retumba la inconsciencia,
donde se sepulta la identidad olvidada en el tiempo, atrasada y destruida por la
indiferencia.
Porque daba igual. Pero ya no.
Te miras las manos y te tocas la cara, te observas.
Cuentas los lunares de tu cuerpo, acaricias tu piel y te hueles el brazo.
Redescubres tu olor y tu tacto. Te desvistes y dejas que un chorro de agua te inunde los poros para abandonarte al placer de reencontrarte.
Parece un buen momento para empezar a ser tu presente,
para reconciliarte contigo e incluso quererte, cuidarte y pensarte,
llenando el vacío en el que solías ahogarte,
cuando no necesitabas ser tú.
Palabras que son de agua
Pureza, cristal, frescura, flexible, límpido, verso, humedad, frío, transparencia, fluido
El frío es más de sal que de frescura. El verso corta la humedad y la transparencia es de un cristal flexible que se desborda de lo intangible. Los fluidos son de una pureza determinada y la suciedad no es más que limpidez revuelta. Las lágrimas son el néctar de lo inaceptable y los sueños son de una tristeza subnocturna. Lo tangible se resuelve al poder ahogar lo abstracto en los sentidos y poder traducir el agua en palabras que consiguen agarrarla.
Para adquirir Amanece sobre gris de Sofía López Munera: sofil648@gmail.com
Editado por Isabella S. Casto.