Una mirada crítica (III): Museo Julio Romero de Torres (Córdoba).

30.04.2022

El historiador del arte Carlos Valdés Guerra nos ofrece una crítica sobre el Museo Julio Romero de Torres, en Córdoba.

Portada del Museo Julio Romero de Torres. Fuente: artencordoba

¿Quién fue Julio Romero de Torres?

Originario de Córdoba, Julio Romero de Torres (1874-1930) fue un pintor conocido por ser un verdadero pionero dentro de la pintura regionalista, viéndose enormemente influenciado por el entorno que le rodeaba, Córdoba.

Uno de los valores por los que es reconocido este pintor es por la representación de un magnifico paisaje cordobés y, sobre todo, por la importancia que cobra la mujer gitana en sus pinturas.

Durante su carrera artística, desarrolló obras enmarcadas dentro de distintos movimientos artísticos, tales como: simbolismo, realismo, clasicismoregionalismo. Y, por si no fuera poco, también experimentó en otros campos artísticos, como por ejemplo el diseño, donde generó multitud de carteles.

Tal ha sido la importancia de este artista, no solo para Córdoba, sino para toda España, que en épocas posteriores se incluyó su rostro y obras más significativas en elementos nacionales de carácter primordial, como por ejemplo en billetes de pesetas o sellos.


Fotografía de Julio Romero de Torres. Fuente: Saberes de Córdoba

¿Qué es el Museo Julio Romero de Torres? 

Ubicado a la par de la plaza del Potro, y cara a cara con el Museo de Bellas Artes de Córdoba, el Museo Julio Romero de Torres es una institución museística fundada en el año 1931, a posteriori de la muerte del pintor que le da nombre, y que se emplazó sobre el longevo Hospital de la Caridad.

En su interior, podemos apreciar que la institución se encuentra separada por distintas salas, las cuales muestran obras del pintor o de personajes cercanos a él, objetos personajes del propio Julio Romero de Torres, etc. Por tanto, el museo sigue el siguiente orden:

1. La primera sala, llamada "Entorno familiar", alberga obras que reflejan el rostro del pintor cordobés y, a su vez, obras del propio Julio Romero de Torres enmarcadas dentro del diseño gráfico. Cabe destacar, entre otras, el característico Cartel Unión Española de Explosivos, realizado en el año 1925.

2. La segunda sala, llamada "Primera época", muestra las primeras obras de Julio Romero de Torres, las cuales se enmarcan dentro de vertientes de carácter realista, simbolista, entre otras. Por tanto, es una época en la que el pintor experimenta con diferentes formas, temáticas, etc. En esta sala, cabe destacar: ¡Mira qué bonita era!, realizada en 1895.

3. La tercera sala, llamada "La Capilla", es, sin duda, la más curiosa, puesto que en ella se exponen obras donde el pintor proyecta una enorme influencia clásica, aunque sin perder ese gusto por el paisaje cordobés. Cabe resaltar: Samaritana.

4. La cuarta sala, llamada "El origen de lo Hondo", acoge, como bien dice el título, obras del pintor donde refleja su pasión por el mundo del cante flamenco. En esta sala podemos encontrar la que es, a mi juicio, una de las mejores obras del pintor por su temática, composición, juego de luces, tratamiento del paisaje, etc., que no es otra que Cante Hondo, realizada entre los años 1922 y 1924.

5. La quinta sala, llamada "Semblanzas", acoge la parte más intimista de la obra de Julio Romero de Torres. En ella, nos encontramos con una serie de retratos que realizó a las clases altas, donde los cuadros varían entre el pequeño y gran formato, dependiendo de la disposición y el tipo de retrato a realizar. De tal manera, es mencionable destacar obras como Flor de Santidad, realizada en 1910 o Ángeles, del año 1928.

6. La sexta y última sala, llamada "El espíritu de Córdoba", acoge obras que están estrechamente relacionadas con su tierra natal, Córdoba. Para ello, se sirve de diversas festividades, folclore, etc. En esta sala podemos apreciar la que es, sin duda, una de las obras más reconocidas del pintor, La chiquita piconera, realizada entre los años 1929 y 1930.


Cante Hondo, Julio Romero de Torres, 1922-1924. Fuente: Museo Julio Romero
La chiquita piconera, Julio Romero de Torres, 1929-1930. Fuente: Museo Julio Romero

Lo mejor y lo peor

Lo mejor

  • Contaba con una iluminación muy adecuada y envolvente que nos sumergía de manera extraordinaria en los cuadros del pintor.
  • Distribución perfecta de las piezas expuestas, generando así un goce para todo amante del arte de Julio Romero de Torres.
  • No solo se muestran pinturas del pintor, sino también carteles y objetos personales del mismo -como por ejemplo, su guitarra-, lo cual nos ayuda a conocerle más en profundidad.
  • Muy acertada es, también, la inclusión de otros pintores en la colección del museo, como es el caso de su influyente padre, Rafael Romero Barros.
  • Cartelas explicativas muy completas.

Lo peor

  • Falta de señalizaciones hacia dicha institución dentro de la ciudad, lo que conduce muchas veces al desconocimiento y desubicación de la persona que desee asistir al lugar.

Interior del Museo Julio Romero de Torres. Fuente: cordobaspain.home.blog

Conclusiones

Un recorrido muy satisfactorio por la que es, a mi juicio, una de las grandes instituciones museísticas de Andalucía, no solo por la exposición artística de obras de Julio Romero de Torres, sino también por la inclusión de elementos cruciales dentro de la vida del pintor, tales como objetos personales u obras de arte realizadas por personas muy afines al artista. Sin duda, una parada obligatoria para todo amante del arte de Julio Romero de Torres. 


Datos esenciales de la institución

  • Horarios

Martes a Viernes: 8:15 AM - 20:00 PM

Sábado: 8:15 AM - 18:00 PM

Domingo: 8:15 AM - 14:45 PM

  • Redes sociales del museo

Instagram: @museojulioromero

Facebook: Museo Julio Romero de Torres

  • Página web del museo

 https://museojulioromero.cordoba.es

  • Se encuentra terminantemente prohibido hacer fotos dentro del museo.

Webgrafía

 https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/romero_de_torres.htm 

https://museojulioromero.cordoba.es

https://www.turismodecordoba.org/museo-julio-romero-de-torres

Carlos Valdés Guerra